Carlos Cenalmor – Psiquiatra y psicoterapeuta

¿Qué es la sisifemia y cómo está afectando tu salud mental en el trabajo?

Imagina una subida infinita por una pista de esquí cerrada y en pleno verano: sin nieve, con piedras sueltas, calor y tirando de los esquís al hombro. Avanzas, sí… pero no hay cima a la vista. Parece que nunca llegará. Ese es el sabor de la sisifemia.

Y aunque suene a palabra inventada por un filósofo griego, no lo es. Es una de las formas más invisibles de sufrimiento psicológico en el trabajo.

¿Qué significa el término “sisifemia”?

La palabra viene del mítico Sísifo, aquel tipo al que los dioses castigaron a empujar una piedra colina arriba… para que volviera a caer. Y vuelta a empezar. Cada día. Para siempre.

En psicología del trabajo, hablamos de sisifemia cuando sentimos que el esfuerzo que invertimos en nuestras tareas no conduce a ningún progreso real. Que por mucho que curres, no hay reconocimiento, ni impacto, ni sentido. Solo más tarea. Más peso.

Y lo peor es que esto no se ve desde fuera. Porque trabajas. Porque entregas. Porque sigues al pie del cañón. Pero por dentro… te estás vaciando.

Diferencias entre burnout y sisifemia

Podríamos decir que el burnout es el incendio y la sisifemia, el humo invisible que lo precede. Realmente la sisifemia es un síntoma más del burnout.

  • El burnout revienta: con síntomas físicos, ansiedad, agotamiento.
  • La sisifemia agota en silencio: te desconecta del sentido y te deja con una sensación de “¿para qué todo esto?”.

La sisifemia se esconde tras frases como: “no me quejo, pero me cuesta levantarme cada mañana”, “no tengo energía ni ilusión”, “siento que nada de lo que hago sirve”. Y es una señal de que estás demasiado estresado, quemado o a punto de hacerlo. 

Señales de alerta en profesionales con sisifemia

  • Has perdido la motivación, aunque sigues cumpliendo.
  • Haces tu trabajo sin conexión, como un robot bien programado.
  • Sientes que tu trabajo no sirve para nada o que podría hacerlo una máquina.
  • Hay sensación de desgaste, pero no sabes muy bien por qué.
  • No te sientes mal del todo, pero tampoco bien. Estás en gris.

¿Por qué se ha vuelto tan común en autónomos y freelancers?

Porque el sistema nos empuja a la hiperproducción sin descanso. Y muchos autónomos, como yo, acabamos convertidos en Sísifos con wifi.

Cuando no hay estructura, ni jefe, ni límites claros… tú te conviertes en todo eso. Y esa autoexigencia puede convertirse en una cárcel. Como me dijo una vez alguien en mi programa CIMA: “soy mi propio jefe… y me ha salido el peor jefe del mundo”.

Y sí, también me ha pasado. Tirarme un día entero planificando contenidos, atendiendo a mensajes, resolviendo mil cosas… y acabar con la sensación de no haber hecho nada. Porque ese “nada” era una montaña invisible que he empujado con el cuerpo y el alma.

Claves para prevenirla y recuperarse

Aquí no valen frases motivadoras ni camisetas con frases tipo “Keep pushing”. La recuperación de la sisifemia empieza por parar. Y mirar. Esto ayuda:

  • Reconecta con el sentido de lo que haces (¿para quién, por qué, para qué?).
  • Redefine tu idea del éxito (¿es visibilidad, dinero, satisfacción personal?).
  • Baja el ritmo. De verdad. Menos tareas, más impacto.
  • Habla. Pide ayuda. A tu entorno, a un profesional o a ti mismo.
  • Y, por favor, sal a la naturaleza. Date una caminata larga sin móvil, respira y vuelve a sentirte parte de algo más grande que tu agenda.

Yo lo hice hace poco desde el valle de Estós. Subí solo, dormí junto a un ibón helado, y al bajar supe que algo dentro de mí se había recolocado. A veces, un valle te devuelve lo que una semana de trabajo te quita: el centro.

¿Y si me pasa a mí esto…?

Te dejo respuesta a algunas preguntas que pueden ser las que te estás haciendo en este momento:

¿La sisifemia es una enfermedad?

No está clasificada como tal, pero puede ser la antesala del burnout y tiene efectos igual de dañinos sobre tu salud mental si no se atiende.

¿Cómo saber si tengo sisifemia?

Si cada día trabajas, cumples, entregas… pero no sientes propósito, ni satisfacción, ni descanso mental real… podrías estar ahí. No esperes a que reviente.

¿Qué tratamiento psicológico se recomienda?

La terapia centrada en el sentido, enfoques integrativos que trabajen valores, emociones y cuerpo son muy eficaces. Y si te resuena lo que lees aquí, escríbeme. Podemos explorarlo juntos.

No sé en qué parte de tu vida estás ahora, pero si alguna frase de este texto te ha tocado… es buena señal. Te invito a que no te lo guardes. Puedes compartirlo con alguien que esté empujando su propia piedra. Y si quieres seguir explorando este tipo de temas conmigo, apúntate a mi email diario: cada semana te mando algo desde el corazón, sin postureo, sin ruido, sin algoritmos.

Porque aunque no lo parezca, sí hay forma de vivir con propósito, sin quemarte en el intento. Y ese camino empieza… por dejar de empujar sin mirar a dónde.

Nos vemos en la próxima curva del sendero.

Cuídate mucho y disfruta de la vida.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio

¿Quieres saber si tienes burnout?

Te lo pongo fácil con mi TEST exclusivo. Y además te envío mis mejores consejos para evitarlo.