Te ha pasado alguna vez que los lunes te pesan más que nunca? Entre las personas a las que ayudo a combatir el estrés laboral, uno de los mayores sufrimientos que veo es la falta de conexión e ilusión en su trabajo. Cuando el trabajo pierde su sentido, se convierte en una carga pesada, cansina y aburrida. Pero no tiene por qué ser así.
Hoy quiero compartir contigo tres técnicas para motivarse en el trabajo que no te llevarán más de tres minutos al día. Con estos sencillos hábitos para disfrutar del trabajo, recuperarás esa chispa que hace que cada jornada tenga sentido. Estas prácticas forman parte de mi programa CIMA, diseñado para eliminar el estrés laboral y ayudar a las personas a encontrar equilibrio y bienestar en su vida.
Rompiendo la creencia del sufrimiento laboral
Primero, un aviso: estamos atacando una creencia muy común. Esa idea de que el trabajo debe ser aburrido, difícil o poco motivante. Si te cuesta creer que estas técnicas puedan ayudarte a recuperar la ilusión en el trabajo, es porque esa creencia puede estar tomando el control. Pero aquí va una verdad: el esfuerzo y la disciplina son necesarios, sí, pero son muy distintos al sufrimiento excesivo o al desánimo.
Aquí van las técnicas para motivarse en el trabajo:
1. Celebra tu éxito diario
Al finalizar tu jornada laboral, dedica un minuto a reflexionar sobre lo que has logrado: tareas completadas, personas a las que has ayudado, aprendizajes que has adquirido. Conecta con esa sensación de logro. Incluso las experiencias difíciles tienen algo que enseñarte y pueden ser fuente de crecimiento.
Piensa en tu yo del pasado, cuando estudiabas o soñabas con avanzar en tu carrera. Para esa versión de ti, todo lo que estás viviendo hoy sería un éxito. No se trata de conformarte, sino de aprender a valorar lo que ya tienes. Así te prepararás para disfrutar también de los éxitos futuros.
Yo mismo aprendí esta lección hace tiempo. Viviendo en las montañas, me obsesioné con lo que aún quería lograr, hasta que un día me di cuenta de que ya había alcanzado lo que el Carlos de hace años consideraba un sueño: vivir donde quiero y trabajar en lo que me apasiona.
2. Sueña con nuevos retos
El segundo hábito que quiero proponerte es igual de sencillo como poderoso: dedicar un minuto al día para imaginar tus próximos retos. Reflexiona sobre dónde te gustaría verte en el futuro. Pregúntate: ¿Qué éxitos te harían sentir realizado? ¿Qué pasos pequeños podrían acercarte a ellos? Dedicar tiempo a soñar es una forma de conectar con tu deseo natural de crecimiento y transformación.
Sin embargo, es común que al mirar hacia el futuro surjan miedos y dudas. Quizá te encuentres pensando: “¿Y si no puedo?”, o “¿Y si me estoy exigiendo demasiado?”. Incluso podrías caer en la trampa de pensar: “¿Y si mejor me quedo donde estoy y no arriesgo?”. Estas reacciones son normales y, en muchos casos, inevitables. Pero no tienen por qué bloquearte. Estas claves te ayudarán a evitar que los miedos te paralicen al soñar:
- No necesitas respuestas inmediatas
Soñar no implica que tengas que resolver todos los “cómo” desde el primer momento. Imagina que estás plantando semillas en un jardín. No necesitas que florezcan al instante, solo asegúrate de nutrirlas con cuidado. Permítete visualizar tu éxito sin presión. Este ejercicio no tiene que ser un compromiso inquebrantable, sino un espacio libre para dejar que tus deseos tomen forma. - Acepta tus miedos como parte del camino
El miedo no es tu enemigo; es solo una señal de que estás saliendo de tu zona de confort. En lugar de combatirlo, pregúntate: “¿Qué me está tratando de decir este miedo?”. A menudo, detrás del miedo hay mensajes importantes sobre tus valores o aquello que realmente te importa. Reconócelo, pero no permitas que te detenga. - Hazlo un juego, no una carga
El ejercicio de soñar debe ser liviano y creativo. No tienes que resolver todo en ese minuto. Puedes imaginar escenarios ideales, explorar metas locas o pensar en pequeños logros que te entusiasmen. Por ejemplo, si aspiras a cambiar de puesto en tu trabajo, empieza soñando cómo sería tu día ideal en ese puesto, sin preocuparte por los pasos para alcanzarlo. - Sé amable contigo mismo
Si los miedos se hacen demasiado grandes, recuérdate que no estás tomando decisiones definitivas ni comprometiéndote a nada en ese momento. Este minuto es solo para explorar posibilidades, no para juzgarte. Escribe tus sueños si te ayuda, y regresa a ellos cuando lo necesites. - Enfócate en el proceso, no solo en el resultado
Los grandes logros empiezan con pasos pequeños. En lugar de pensar en el final del camino, concéntrate en los pequeños retos que puedes plantearte día a día. Quizá es aprender algo nuevo, hablar con alguien de tu equipo o simplemente investigar un tema que te interesa. Esas acciones te acercarán sin presión al éxito que imaginas.
Este hábito te permite sembrar ideas y posibilidades en tu mente, que con el tiempo te guiarán hacia los pasos adecuados para crecer y avanzar. Así, poco a poco, el miedo se convierte en un compañero que te alerta de los retos, pero no en un obstáculo que te detiene.
Date permiso para soñar, sabiendo que en el proceso también estás fortaleciendo tu confianza en ti mismo y tu capacidad de avanzar sin agobiarte. Y recuerda: los miedos son pasajeros, pero los sueños que cultivas con cuidado pueden transformar tu vida.
3. Focalízate en el cómo
Por último, antes de empezar tu jornada laboral, repite esta frase: Hoy me voy a fijar en cómo hago las cosas y no en qué es lo que tengo que hacer. Es un cambio sutil pero poderoso. Poner la atención en el cómo te ayuda a disfrutar del proceso y a conectar con el presente, en lugar de quedarte atrapado en una lista interminable de tareas.
Por ejemplo, ¿quieres completar una tarea de cualquier manera o hacerlo con atención y disfrute? Este enfoque cambia completamente tu experiencia diaria.
Por qué estas técnicas funcionan
El trabajo forma una parte importante de nuestras vidas. Si no encontramos maneras de disfrutarlo, es como perder un tercio de nuestra existencia. Estas técnicas para motivarse en el trabajo son pequeñas pero efectivas. En solo tres minutos al día, puedes dar un giro profundo a tu perspectiva, reducir el estrés laboral y empezar a disfrutar de lo que haces.
Si estas ideas te resuenan y quieres profundizar en ellas, te invito a unirte a mi newsletter diaria, donde comparto más consejos prácticos para vivir con equilibrio.
Cuídate mucho y disfruta de la vida.