Carlos Cenalmor – Psiquiatra y psicoterapeuta

Dejar la ciudad por el campo: 3 aprendizajes inesperados

 

Han pasado casi tres años desde que dejé Madrid, la gran ciudad, y me vine a vivir a este valle precioso de los Pirineos (el valle de Benasque). Durante este tiempo, luego de dejar la ciudad por el campo, he experimentado grandes cambios en mi vida que te quiero transmitir. 

Lo que esperaba inicialmente era llevar una vida más tranquila y tener una alimentación más saludable, pero la realidad ha superado mis expectativas de maneras sorprendentes

En esta ocasión, quiero compartir contigo los tres principales aprendizajes que he obtenido de este cambio de vida, aprendizajes que van mucho más allá de lo que me esperaba. Puedes ver el vídeo que te dejo aquí abajo y escuchar sobre mi experiencia o continuar leyendo sobre cómo dejar la ciudad por el campo me ha cambiado.

1. El espacio mental y el crecimiento personal

Uno de los primeros y más significativos aprendizajes ha sido el espacio mental que he ganado al vivir en la naturaleza. En la ciudad, mi vida estaba llena de estrés constante y estímulos incesantes que no me permitían conectar conmigo mismo ni explorar mis ideas más profundas. Al mudarme al valle, encontré un espacio interior que me permitió reflexionar y crecer personalmente.

El otoño, una estación que coincidió con mi llegada, fue una época de adaptación y descubrimiento. Caminaba mucho por el valle, conocía nuevas personas y lugares, y aunque a veces me sentía solo y triste, esta soledad me dio la oportunidad de conectar profundamente con mi vida diaria. Momentos simples, como ver la luz del sol entrando en mi salón, se volvieron extraordinarios y me llenaron de una emoción que rara vez experimentaba en Madrid.

Este espacio mental no solo me permitió disfrutar más de la vida, sino que también me impulsó a buscar un propósito más claro en mi vida profesional. Me inscribí en varias formaciones que me ayudaron a orientar mi vocación y desarrollar proyectos, como mi canal de YouTube, donde comparto mis experiencias y conocimientos. 

El crecimiento personal que he experimentado ha sido impresionante, y todo gracias a ese espacio mental que encontré al dejar la ciudad por el campo.

2. Beneficios de la naturaleza para la salud y el bienestar

Otro aprendizaje crucial ha sido la relación entre la naturaleza y mi salud. Desde que vivo en los Pirineos, mi vida se asemeja más a la de nuestros ancestros, con más movimiento y contacto con la naturaleza. Esto ha tenido un impacto positivo en mi bienestar mental y físico. Mi vida es ahora más activa, con menos estrés y más tiempo para actividades al aire libre como el montañismo, la escalada y el esquí.

El contacto constante con la naturaleza no solo ha mejorado mi salud física, sino que también ha tenido un efecto calmante sobre mi mente. 

Hay estudios que demuestran que los «baños de bosque» pueden reducir los niveles de estrés y mejorar la salud en general. 

Vivir en los Pirineos me ha permitido, además, disfrutar de una alimentación más natural y saludable, con productos locales frescos y de calidad. 

Sin lugar a dudas, la tranquilidad y la belleza del entorno han transformado mi vida de maneras que no esperaba.

3. El valor de los vínculos personales y el impacto de la soledad

El último y quizás más inesperado aprendizaje tiene que ver con las relaciones personales. Al mudarme al valle, experimenté una soledad que me hizo valorar mucho más los vínculos con mis seres queridos. Aunque la soledad puede ser difícil, también es una oportunidad para el autoconocimiento y el crecimiento.

En mi etapa inicial aquí, tuve momentos de tristeza por estar lejos de mis amigos y familia, pero también aprendí la importancia de mantener una red de relaciones de calidad. Los seres humanos necesitamos conexiones significativas para sentirnos completos y seguros. Esta experiencia me ha enseñado a equilibrar la soledad con la necesidad de vínculos personales fuertes y auténticos.

Gracias a esta soledad, también me abrí a conocer nuevas personas que ahora son parte importante de mi vida.

Sólo puedo decir que la combinación de momentos de soledad y conexiones profundas ha enriquecido mi vida de una manera que nunca hubiera imaginado.

Dejar la ciudad por el campo: un cambio de vida transformador

Dejar la ciudad por el campo ha sido una de las decisiones más importantes y transformadoras de mi vida. Como he mencionado, gracias a esta decisión he aprendido a valorar el espacio mental, la naturaleza y las relaciones personales de una manera completamente nueva. Estos aprendizajes han mejorado mi bienestar mental, mi salud física y mi crecimiento personal. 

Si estás considerando un cambio similar, te animo a que te atrevas a dar el paso. La vida tranquila en la naturaleza puede ofrecerte más de lo que imaginas.

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¡Cuídate mucho y disfruta de la vida!

1 comentario en “Dejar la ciudad por el campo: 3 aprendizajes inesperados”

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