¿Sabías que el éxito que te contaron no es el único que existe? Cuando naciste, alguien (o más bien muchos “alguien”) empezaron a escribir un manual invisible para ti. Lo hicieron con buena intención. Tus padres, tus profesores, la tele, los libros de texto, incluso tus series favoritas. Poco a poco, sin darte cuenta, te fueron diciendo qué era lo correcto, lo deseable, lo que se supone que tenías que querer en la vida. Ese manual no lo firmaste, pero lo fuiste interiorizando. Y un día te encontraste siguiendo un camino que no sabías si era el tuyo o el que otros habían elegido por ti.
Si te suena esto, tranquilo. No eres la única persona a la que le pasa. Es una de las preguntas más potentes que me encuentro en consulta:
¿Estoy viviendo mi vida o la vida que me dijeron que debía vivir?
Y ahí empieza el cambio. Y la redefinición del éxito personal.
Redefinir el éxito es empezar a vivir de verdad
La mayoría de nosotros crecimos con una idea de “éxito personal” que poco tenía que ver con la felicidad o la conexión interna. Éxito era tener un buen trabajo, una casa, una pareja estable, reconocimiento, estatus. Pero luego mirabas a tu alrededor y veías a personas que, teniéndolo todo según ese estándar, estaban vacías por dentro. Tristes, frustradas, desconectadas. Y te preguntabas: ¿esto era todo?
Y entonces empieza la incomodidad. Esa sensación de que algo no encaja, aunque por fuera todo parezca ir bien. Ese cansancio que no viene solo del trabajo, sino de estar construyendo una vida que no es la tuya.
Reprogramar tu idea de éxito no significa dejarlo todo e irte a la montaña (aunque si lo haces, avísame, que seguro puedo aportarte desde mi experiencia). Significa preguntarte de verdad: ¿qué necesito yo para sentirme vivo?
Qué tipo de trabajo, de relaciones, de ritmos, de espacios, de emociones te hacen bien. Qué cosas eliges tú porque te nacen, y cuáles solo estás manteniendo por inercia, por miedo o por quedar bien.
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Hacer tu vida no es fácil. Pero es tuya.
Muchas veces, vivir tu propia vida va a implicar decepcionar expectativas ajenas. Cambiar de rumbo. Empezar tarde. Sentirte torpe. Pero si eliges construir tu vida desde lo que eres y no desde lo que toca, vas a descubrir una sensación que no se compra con nada: coherencia. Esa calma de saber que estás en el sitio correcto, aunque aún no tengas todo claro. Y eso, créeme, es una forma de éxito personal que no te enseña ningún manual.
Así que si estás en esa etapa de duda, donde algo dentro de ti te pide moverte aunque no sepas muy bien hacia dónde, escúchalo. Pero ojo, el camino de volver a ti no se recorre de golpe, se empieza con una pregunta sincera y con una decisión:
“Voy a hacer mi vida. Aunque me lleve tiempo. Aunque dé miedo. Aunque no se parezca a la que me dijeron.”
¿Y tú? ¿Qué partes de tu vida están escritas todavía con letra ajena?
Cuídate mucho y disfruta de la vida.
